jueves, 17 de octubre de 2013

Por un periodismo con igualdad





 Por un periodismo con igualdad



El lunes 14 de Octubre a las 18h00, un curso de aproximadamente 30 alumnos, se dispuso a recibir clases de Periodismo Investigativo; tema a tratarse "Características del periodista investigador".

Tras establecer la diferencia entre:

Periodista informador: es el  que recoge hechos surgidos en un determinado tiempo, existe el consentimiento de que la información se haga pública, el periodista elabora la información.

Periodista investigador: es el que revela información confidencial o secreta  tras un proceso de análisis, contraste, búsqueda de varias fuentes, verificación, interpretación; el periodista investigador genera información, información que terceras personas desean ocultar.

Pasamos a conocer, definir y debatir sobre algunas- mejor dicho varias- características que debe tener un periodista investigador, entre algunas: la capacidad de observación, una memoria  visual desarrollada, retentiva, discreción, capacidad de planificación y previsión.

Cuando dos compañeros expusieron su punto de vista, parafrasearé: las mujeres tienen muchas más ventajas al momento de conseguir una entrevista con las fuentes, hay más apertura hacia ellas, que hacia los hombres.

Queda claro que no hablaban de características, hablaban de "aquellos atributos" que tienen las mujeres, no hablaban de la inteligencia, hablaban de "belleza", no hablaban con un fundamento, hablaban con machismo.

Sí, un machismo que fue evidente -no solo para mí, sino para algunos compañeros más y por supuesto para el profesor- una opinión machista que dejó sin habla a algunos, indignados, perplejos, en un estado de shock y  respuestas que rechazaban el dictamen de los compañeros.

Es realmente entristecedor escuchar opiniones como esta, de futuros periodistas que generarán una opinión pública y que se supone que deberán trabajar  para la gente, para denunciar actitudes como el machismo, es entristecedor conocer a sujetos impermeables ante estas opiniones y es mucho más entristecedor saber que la lucha por la igualdad degénero es cosa de pocos y desconocimiento de muchos.



miércoles, 9 de octubre de 2013

El periodismo que no rueda



El periodismo que no rueda


Este 11 de octubre se disputará la jornada número 17 para las eliminatorias del mundial Brasil 2014, y  “La Tricolor” se enfrentará a la selección Uruguaya, en un partido que definirá  - según los expertos-  el paso directo de la selección Ecuatoriana al mundial.

Y por esta razón el fútbol ha pasado a ocupar más espacio - del que tiene- en la agenda de los medios; los noticieros inician con la nota de la “TRI”, hasta mesas de debate se han armado para pronosticar los futuros convocados, las alineaciones, resultados y hasta posibles lesionados, ¿qué si el técnico Rueda,  rueda o no rueda? han sido las primicias de este mes.

Debo dejar claro que no estoy en contra de la información futbolera o del fútbol.

A lo que me opongo es que temas como el tráfico humano, la violencia, la esclavitud, los desahucios, los ataques en Siria, el racismo en las elecciones alemanas, la corrupción en Afganistán, las matanzas en Irak, las dificultades que se vive en Gaza, la extorsión,  el genocidio, no tengan ninguna cobertura o sean tan solo notas que informan el número de muertos.


Yo me opongo a la jerarquía de las noticias.

Me opongo a que temas banales, faranduleros sean el pan de cada día en la prensa.

Me opongo a que cientos de niños nazcan en medio de droga y violencia en las favelas brasileñas, mientras que su gobierno gasta millones de dólares para construir estadios.

Me opongo a que los medios callen, filtren, censuren a profesionales que construyen día a día un periodismo más humano.

Me opongo a que miles de niños mueran de hambre en África, mientras se despilfarra millones de dólares en adquirir misiles para las guerras.

Yo me opongo a que la prensa ruede hacia el poder económico y político y no hacia la búsqueda de información verdadera, la que afecta, destruye y mata a la gente.





jueves, 3 de octubre de 2013

El nuevo heredero del sombrero



El nuevo heredero del sombrero 



En un taller con olor a azufre y con más de mil sombreros que se encuentran pendiendo del techo y colgados en las anchas paredes de adobe de la casa patrimonial, ubicada en la calle Tarqui, trabaja don Manuel Valencia, un artesano de estatura pequeña y piel oscura de setenta y tres años de edad.

Aprendió el oficio de hormar sombreros cuando apenas tenía ocho años: “la pobreza me obligó a escoger este oficio, aunque no me haya gustado esta profesión, la necesidad me hizo trabajar en esto”, expresó Manuel Valencia, mientras daba forma a un sombrero de paño.

Valencia se inició como ayudante de Luis Vélez y más tarde como uno de los operarios de Miguel Pulla, padre de Alberto Pulla, “los operarios de don Alberto se ausentaron, entonces fue a pedirle ayuda al papá para que le preste a un oficial, en aquel tiempo yo venía a trabajar con él las mañanas y las tardes regresaba donde el papá,  un día don Alberto me propuso trabajar con él y yo acepte, en ese entonces yo tenía quince años y desde esa edad hasta ahora, sigo trabajando aquí”, recordó Valencia con una sonrisa y con un profundo sentimiento como llegó a trabajar a la conocida Casa del Sombrero, en donde perfeccionó su técnica con la ayuda de su maestro, amigo y compadre Alberto Pulla, un ilustre artesano e imagen turística de Cuenca, quien falleció hace dos años diez meses.

Manuel Valencia a más de trabajar con Alberto fue también su traductor por más de 31 años, pues Pulla padecía de cáncer a las cuerdas vocales por lo que perdió la voz. La muerte de su compadre afectó emocionalmente a Manuel, sin embargo él decidió seguir dando forma a veinte sombreros diarios, regalar una sonrisa al visitante y trabajar hasta que las fuerzas le permitan seguir adelante.